Escuchare canciones tristes, tristísimas solo por ti.
Y caminare viendo el suelo, para evitar encontrarte.
También separare mi casa, así solo un lado estará triste, para que tengas donde llegar.
La ultima vez que ordene mi escritorio aun estabas aquí.
Y seré el clásico despechado, con licor y amores forzados.
De los que gritan, ¡todas sin iguales!
Me haré la mártir de vez en cuando, para ver siquiera culpa en mis subordinados.
Maldita sea este mundo que vivo
Y apareciste justo hoy, un viernes miserable y mugroso.
Todo lo que pasa siempre es tan esotérico que tiemblo, no miento.
Y mis orejas se calentaron antes de entender que fue a mi quien dejaron.
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