sábado, 7 de enero de 2017
Préstamo.
No hubo ruidos en la cocina, ni las cucarachas participaron en el festín, sucedió como suceden los buenos momentos sin previstos pero con cierta prisa interna que evocaba culpa, sin mas que buenos deseos la llave fue inserta en el cerrojo de plata baja, saludos y setenta escalones después nuevamente la llave hizo su trabajo, un buen grito soplo para calmar a la perra vieja, la otra era mas curiosa y nunca pareció darle mucha importancia a la visita, aunque se sabe que es una mendiga de las caricias en el hocico, mas tarde continuo la dicha de ser jóvenes sanos y llenos de historias necesarias, que valen la saliva de ser contadas, aun cuando quizás la atención se fijaba en los labios húmedos que soltaban palabras casi de cantos. Suponiendo ya hacia de noche los cuentos se hicieron cómplices de cumplidos de atuendo, risa e incluso se confabularon para no dejar escapar acertijos de seducción casi macabros. Parece siempre, que mientras mas negro el cielo ya sea con estrellas luna o lobos los centímetros entre estos individuos se reducía. Ni el mas experto de las letras consagraría deducir las palabras clave y los movimientos precisos sin estar allí para tomar nota. Lo que paso es mas obvio que un perro flaco en la calle, hambriento de amor y comida de hace varios días, Lo poco que puedo adjuntar es que las manos del muchacho eran muy blancas y largas tienen pelos en los nudillos hacen juego con lo grueso del nudillo, le faltaba un brazo entero, hasta el hombro existía un espacio vació y lleno de sueños, pero al estar en compañía de tan bella joven no dudo dios en prestarle un brazo, que entiendo bien que a dios le sobran y los presta para los afortunados de la dicha, la compañía de turno en amoldarlo copio fácilmente los músculos y venas del brazo que si tenia y realizo el acto de préstamo con la rapidez en que la piel se erizo, casi como un puente entre el brazo muerto y el nuevo. Para cuando el río reventó en los muslos cafés de ella era un hombre completo y con la fuerza necesaria para llevarla a los aposentos de dioses egipcios, difiero de comentar el tiempo perdido entre el final y el inicio, pero como cómplice de todo el evento estuvieron involucradas todas las losas del suelo, la madera vieja de los closets y el plástico de la primera gaveta, como si dichoso el cielo permitió que todos durmieran para que el amor fuese hecho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario