Más abajo de las medias, unos valientes caminan. Escupirle la creación, gritarle a los afilados temores que tengo poca sangre que perder.
Pateame las palmas cuando te saludo.
Pateame los exilios del pecho.
Pateame los nudillos, cuando vuelven, cuando vuelven.
Te pateas lo cobarde en reversa, cobarde.
Pateame las muñecas primero que las tuyas.
Revuela, atraviesa mi espalda que nunca tocabas.
Pateame a vuelo, y sal del mar.
Patea la sal y la sangre.
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