miércoles, 26 de marzo de 2014

Tus pechos son mis molinos.

Eres los molinos de tu pecho.
Los cambios de la brisa, de los colores y las pistas.
Eres el camino con más piedras, los desechos de la dicha.
Eres el altar de los dolores.
Eres lo que habita dentro del sol, que nunca se mueve. Eres esta espada y armadura, las líneas de los libros y las huellas en la Mancha. Eres las herraduas de rocinante, y su pelo y sus cansancios.
Una esencia de placenta y miel.
Una puerta después de perder el poder.

domingo, 9 de marzo de 2014

A ellos

A tus labios quebrados, aveces, por lo natural y ficticio.
Que no se te acabe la saliva, porque logre ver como se te va la boca en sorbos.
Que no se acaben los colores, porque casi siempre o nunca los días están grises.
Que no se te acabe la risa, porque yo siempre estoy triste.
Ojala y nunca se te acaben las ganas, porque ultimamente me rindo muy seguido.
Que no se te pierda la voz, ni la mía ni la nuestra, porque siempre es bueno escucharme.
Que no te fallen las manos, ni su silueta ni su moldeo, porque aveces so necesarias con todo y brazos.
No te quedes sin fuerza.
No derrumbes tus pasos.
Nunca les faltara labial, el color ya es tu elección.

sábado, 8 de marzo de 2014

Si no vuelves

Más abajo de las medias, unos valientes caminan. Escupirle la creación, gritarle a los afilados temores que tengo poca sangre que perder.
Pateame las palmas cuando te saludo.
Pateame los exilios del pecho.
Pateame los nudillos, cuando vuelven, cuando vuelven.
Te pateas lo cobarde en reversa, cobarde.
Pateame las muñecas primero que las tuyas.
Revuela, atraviesa mi espalda que nunca tocabas.
Pateame a vuelo, y sal del mar.
Patea la sal y la sangre.