Fíjese bien, me vienen a contar de las fábricas de las industrias, les contaré que son frías y resecas, así se pone cuando la mujer de tacones y labios rojos te saca la billetera, y usted con todo gusto, bailando con la mano en su nalga, andaba yo caminando y por pura evidencia pise lo que quedaba de piel de misericordia.
Entienda que las piernas si van por donde vienen, vea a ver si le sirve pisar la grama, se que ella es toda una dama más difícil que pagar alquiler.
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